¿Cómo empezaste en la coctelería? Prácticamente por accidente, como la mayoría de los bartenders. Estaba estudiando y busqué la oportunidad de tener un ingreso extra. Empecé trabajando en unas cafeterías, donde aprendí a manejar la temperatura de la leche para poder manejar la espuma, lo cual te ayuda para la presentación y la temperatura adecuada del café. En ese entonces comenzaba el boom del café en la ciudad, pero un amigo que trabajaba en el Pata Negra me invitó a trabajar ahí. El gerente fue muy sincero cuando me entrevisto y me dijo: "aquí es un trabajo duro, no hay descanso porque así lo requiere y no te la vas a pasar bien; vas a sufrir algunos días, pero así es”. Me gustó el reto. En ese entonces la labor era muy diferente; tenías que ser muy rápido. Empezabas como barback y pasaban entre 8 y 12 meses para que pudieras convertirte en bartender. Sin embargo, desde que entré comencé a hacer mapas mentales de los movimientos que había que hacer y en los tiempos muertos me pegaba con los bartenders para aprender. Cada día me aprendía un coctel diferente y justo al cumplir 1 mes un bartender faltó y comencé a “batearle” tragos al mesero. El gerente se enojó -ya que esta no era una práctica común-, me llevó a la cocina y me hizo varias preguntas sobre la preparación de ciertos cocteles. Al contestarlas correctamente, me dejó que siguiera sirviendo tragos. Desde entonces y a lo largo de 4 años, me quedé con esa posición. Más adelante, cuando comenzaban los concursos, entré a Bacardi Legacy y a World Class, pero me quedé en semifinales. Gané un concurso de Chartreuse, otro de ron y otro de Heineken, lo cual me dio un mayor impulso para seguir en esto. Después de Pata Negra me fui a Felina, donde a hacer lo más que podía con lo poco que tenía, por ejemplo, a preparar bitters caseros. Me metí de nuevo a World Class y quedé en segundo lugar vs. Mika Rousseau (Fifty Mills, Four Seasons), pero a pesar de no haber ganado, fue una experiencia muy enriquecedora. Más adelante me invitaron a participar en Hanky Panky, un lugar que está en la lista de los 100 Mejores Bares del Mundo, y donde trabajaba Gerardo Hernández “El Fiera”, con quien siempre había querido trabajar. Lo que logramos fue espectacular. Recientemente decidí participar de nuevo en el World Class y en 2017 empezó la convocatoria, pero tuve un accidente con un sifón que me trozó los tendones de la mano derecha. Los médicos dijeron que tardaría de nueve meses a un año en recuperar la movilidad, por lo que no me quedó de otra que trabajar con una mano y así concursé y quedé de nuevo en 2º Lugar. Pero todo esto ha sido muy positivo porque aprendí que cada uno se pone sus límites: si de verdad quieres algo, hay que buscar la forma de hacerlo.
¿Qué te ha dejado la coctelería? En total son 8 años que llevo en esto. Antes era muy introvertido y ser bartender me orilló a cambiar por el hecho de tener que atender a alguien y ofrecerle una experiencia. Me ha ayudado mucho a ser mejor persona, más cuidadoso en mi trabajo y detallista en los cocteles que preparo. Como seres humanos no nos gusta que nos critiquen pero aprendemos más de las críticas y las cosas negativas. También me ha permitido viajar y eso es bueno porque te amplía el panorama y te ayuda a crecer como persona. No importa el reconocimiento que tengas o el concurso que hayas ganado, al final del día todos servimos un coctel que un cliente va a pagar. El cliente no sabe eso, sólo se va satisfecho si ejecutaste bien tu trabajo. Para mí es estar en una especie de espectáculo circense donde resuelves situaciones difíciles y salir avante.
¿Cómo ves la escena de la coctelería en México? Buenísima pregunta. Muy bien. Mucha gente interesada por nuevos valores y por personas que ya llevan tiempo en la industria. Es increíble ver que hay mucha gente que quiere ser bartender y ser parte de este movimiento, aunque hay algunos que están más preocupados por el exterior que por el interior. En este sentido, pienso que no todo es que te den “likes” o subir fotos lindas a tus redes, que tener bien montado tu bar y tu centro de consumo. Hay que agarrar los buenos momentos para hacer un buen coctel de tu vida. Se necesita equilibrio. El hecho de compartir con mis colegas también es muy interesante y positivo. La gente puede lograr cosas importantes, pero para ser de la talla de los monstruos globales que vienen a México, la respuesta no es tan complicada, se tiene que seguir trabajando con un objetivo claro.
¿Crees que la naturaleza de los mexicanos haya ayudado a llegar a este momento? Los mexicanos somos muy alegres y hospitalarios. Existe esa calidez. Cuando afinas el proceso de preparar un coctel y lo disfrutas, puedes entonces brindar grandes experiencias. Las redes sociales también han ayudado mucho, pero no lo son todo. Empezamos con el boom de la gastronomía y se logró. Estamos con la coctelería y todo mundo se preocupa por hacer un buen trago. Hay un sector que le falta alinearse un poco, hay muchas fiestas y amigos, pero en la cruda realidad la gente se va a dar cuenta de quien es bueno. Un buen bartender demuestra su trabajo detrás de la barra.
¿Qué viene? El boom de la coctelería va a seguir un buen rato más, pero debemos cuidarlo, mantenerlo y nutrirlo. Podría ser “canceroso”, por lo que es importante que entre los bartenders nos ayudemos y construyamos juntos el gremio. Es importante sumar entre todos, ya que México lo ha estado haciendo increíble en los concursos internacionales y aún tenemos cosas muy interesantes para los próximos años. En lo personal, veo que al mexicano le falta creer que no es menos que otros países. En este sentido le diría a mis colegas más jóvenes que estén pensando en participar en concursos, que pueden escoger no ir o pueden escoger ir a dar su mejor esfuerzo. Opto por lo segundo: hay que ir convencido de que te vas a llevar todas las canicas. No hay más.
¿Cuál es tu “Signature Drink”?. Lo que más me gusta tomar es el Dry Martini y el que más me gusta preparar es el Daiquirí. Es un coctel muy sencillo pero si lo haces bien, con azúcar y un limón recién exprimido, puede ser espectacular.
Platícanos de Hanky Panky. Mi casa. Es de los bares en los que llegas y sientes que estás como en casa. Me siento muy cómodo, llevo ahí un año. Cuando pasó lo del accidente me apoyaron increíblemente y me dieron la oportunidad de seguir trabajando. Siempre me preguntaban qué necesitaba y estoy muy contento de trabajar ahí.
Finalmente, ¿qué hay con Cocktail Kingdom? Soy embajador de Cocktail Kingdom en México desde hace algunos meses. Es una marca que salió de la idea de 2 amigos como hobby. Se preocuparon por lo que necesitaba el bartender y por hacerlo de una manera más profesional. Esta marca nació en la era de la coctelería especializada, lo cual la hace aún más especial. Por ejemplo, los jiggers están hechos con la medida que realmente deben tener, sus cucharas tienen un balance perfecto y la mayoría de las herramientas están inspiradas en los años 1800, lo cual les da un toque vintage pero con gran modernidad. Además, tienen la colección de libros de coctelería más grandes, para todos aquellos que buscan expandir sus horizontes y aprender mucho más de este tema. La marca está en México desde hace poco y está increíble que esté en El Liquor Store, que se preocupa por traer herramienta y licores diferentes, dándole un espacio a los bartenders que antes no tenían. Para mí es increíble que adopten la marca.